viernes, 25 de marzo de 2022

URGENCIAS

Entré de urgencia, había perdido la visión de un ojo, era como si tuviera una moneda negra del tamaño de 1 céntimo de euro en un lateral del iris. Agachar la cabeza era toda una odisea, al intentarlo me desplomaba sin remedio.
Llegué al hospital herida, aturdida y confundida.
Hasta ese momento no tuve miedo, lo achaqué sin tener idea de medicina  a problemas de vértigo o de oído, "cosillas" sin importancia alguna, al fin y al cabo toda la analítica estaba dentro de los niveles estrictamente normales. Sólo una pequeña febrícula seguía latente, pero lo más probable es que mi cuerpo estuviera incubando algo, un posible catarro sin más.

Estaba equivocada 

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