jueves, 28 de abril de 2011

L'esprit de l'escalier


Un par de semanas antes de cumplir los cuarenta se examinó a sí misma y encontró en el pasado a una mujer anodina, sesgada y herida, percibiéndose como un mueble olvidado en un desván, retirado de los ojos de la gente..., uno de esos enseres estropeados que sirvieron en su día para decorar las casas y no se tiran a la basura porque continúan siendo hermosos, pero necesitan cientos de retoques para reparar los golpes y arañazos que han recibido con el transcurrir del tiempo.

Aún sin decir nada..., siempre supo las respuestas.

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4 comentarios:

  1. Muy bonito y como la vida misma.
    Saludos

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  2. MANUINDIANA: Gracias, son mínimas parcelas en la vida, otras(las que más) suelen ser fabulosas.
    Un abrazo

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  3. Todo cambio comienza por el reconocimiento. Besos.

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  4. Pedro Ojeda Escudero: coincido, aunque muchas veces es extremadamente complicado encontrase con uno mismo.
    Un abrazo

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