
A
diario
visito el árbol
que protege
en su cima, un fruto
prohibido.
Si extiendo mi brazo
puedo tocar las hojas,
incluso puedo alargar la mano
y asir con fuerza sus ramas.
Pero cuando me dispongo
a trepar para alcanzar la copa...,
C
A
I
G
O
Siempre me desprendo y caigo.
...