Ojos de agua
Dos manantiales frescos, simétricos, capaces de quemar como el fuego.
Intenté escuchar su susurro, descifrar algún códice que me diera la clave
para escapar de los destellos del agua,
pero,
ya era tarde, o quizá quisiera dejarme atrapar por la fuente
que brotaba entre las rocas,
¡era verde, cristalina!,
así que,
opté por filtrarme entre resquicios en busca del mar.
Siempre supe que no sucumbiría ahogada,
¿Ardiendo?, sí, es muy
posible.
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