Recuerdo como te gustaba jugar a montañas para alcanzar la cima de mi escote.
Yo reía mientras plantaba fresas sobre las llanuras de tu vientre pétreo y las regaba con vino y miel.Sabes que adoro tus manos, grandes, firmes.
Respirar para absorberte el alma,
esconder tus ojos en mis pupilas y
cantar canciones sin acorde, ni ritmo alguno. Jamás se me ha dado bien formar sonidos melodiosos con la garganta, eso me da igual,
no por ello voy a dejar de hacerlo.
Jamás he creído en princesas que sólo viven en los cuentos,
con sus amplios vestidos de seda rosa y zapatos de tafilete añil.
En bufones sí,
bufones he conocido unos pocos de sonrisa falsa y mueca grotesca.
Tampoco defiendo a príncipes, o a reyes que engrosan sus conquistas con falsa moneda
y lengua voraz.
Estoy yo, como, para que me atrapen los lobos a estas alturas de la siega,
risa me da.
Y mientras el tiempo pasa fugaz, algo similar a un parpadeo. Es lo que afirman los "viejos" que ya han recorrido amplias parcelas de sus vidas.
Pero..., ¿Quién es capaz de computar los segundos perdidos en la suya propia?
Algo tan valioso, adherido a nuestro ser y que malgastamos como si no tuviera principio y
FIN
.............................................................................................Ana María
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